La limpieza y el cuidado de los alimentos en casa: normas de almacenamiento y seguridad para una alimentación sana y una buena salud alimentaria familiar
La comida y la manipulación de los alimentos es una parte fundamental de la salud familiar. Piensa no sólo en la higiene de tu cocina sino también en el almacenamiento y preparación de los alimentos que no tardarán en ser parte de uno mismo. La seguridad alimentaria es en gran parte nuestra responsabilidad y debemos trabajar desde casa para mantener la inocuidad.
¿Cómo hacerlo? Higiene personal. Limpieza, de la cocina, de los alimentos. Almacenamiento y refrigeración adecuadas. Cocción apropiada. Así de sencillo. Alimentos de calidad bien conservados y preparados en una cocina limpia para una alimentación sana que evite todo tipo de contaminación alimentaria. No dejes de leer estos fáciles consejos a la hora de manipular alimentos de forma segura en el hogar.
La higiene de los alimentos son todas aquellas medidas y procedimientos que se llevan a cabo para garantizar la inocuidad de estos, siendo el manipulador quien lleva sobre sus espaldas la responsabilidad de cumplir las normas y buenas prácticas.
A nivel de la industria se acuña el término higiene alimentaria, para referirse a los estándares que se deben ejecutar en toda la cadena de producción: fabricación, envasado, transporte, preparación, suministro o venta.
Tanto en el hogar como en los establecimientos el objetivo es el mismo: la inocuidad de los alimentos para salvaguardar la salud de la familia o de los clientes.
Te mencionaremos las medidas principales que debes tomar en cuenta:
¡El lavado de manos es un punto fundamental!, ya que son el principal agente contaminante durante la manipulación de alimentos. A través de ellas transmitimos los microorganismos y virus. Recuerda lavarlas antes y después de cocinar, entre cada tarea que realices.
También es requerido lavar de forma segura los alimentos crudos, como vegetales, frutas y hortalizas, los cuales traen consigo las bacterias de su cosecha o por el contacto con otras superficies.
La consecuencia de la mala higiene son las enfermedades de transmisión alimentaria, también conocidas como toxiinfecciones.
Cuando confluyen factores como una incorrecta manipulación, falta de aseo en la cocina, deficiente o nula higiene personal, mezclar productos crudos con cocinados, dejar las comidas fuera de nevera; se origina la contaminación alimentaria y, por ende, las toxiinfecciones.
Entre las intoxicaciones alimentarias más comunes en España está la salmonellosis, listeriosis, escherichia coli y el norovirus. Pueden aparecer síntomas como dolor abdominal, náuseas, fiebre o vómitos debido a que se produce un trastorno gastrointestinal.
Ante algo así, te sugerimos que acudas al médico y lo comuniques a la autoridad sanitaria pertinente. No olvides que estas enfermedades puedes adquirirlas, inclusive, estando en casa si no cumples las normas higiénicas.
Lavar los alimentos es un factor clave para asegurar la inocuidad alimentaria. En el caso de las hortalizas y vegetales, antes de consumir, es recomendable dejarlas sumergidas durante al menos 10 minutos en agua con lejía (1 cucharadita por cada 3 litros).
Esto para eliminar cualquier residuo de sustancia química o tierra después de su cosecha; además de las bacterias que pudieron adquirir durante su transporte y suministro.
Ten en cuenta que debes lavar todo alimento antes de su preparación o previo a su almacenamiento (en frigorífico o despensa).
En las normas de manipulación de alimentos se establece un vestuario, que establezca una barrera preventiva entre nosotros como manipuladores y las preparaciones.
Al manipular alimentos en casa estas normas son equivalentes, pues la idea es evitar las toxiinfecciones y protegerte de accidentes mientras cocinas, como es el caso de quemaduras, cortes o aplastamientos.
Conservar alimentos en el hogar es una tarea muy fácil; toda vez que dispongas de tus propias estrategias para hacerlo, será rápido y preciso. ¡Manos a la obra!
Es necesario cuidar la cadena de frío, ya que así mantenemos inactivas las bacterias. La diferencia radica en la temperatura que requieren los alimentos para conservarse, que no debe ser mayor ni menor.
Por ejemplo, las carnes, pescados, aves y mariscos necesitan estar congelados; mientras que los vegetales se dañarían en un clima tan frío y, por ello, existen las gavetas del frigorífico.
Existen otros productos que en su etiqueta indican “manténgase refrigerado”, por lo que es conveniente ubicarlos en la parte media de la nevera.
El objetivo es que al llegar a tu plato a la mesa sea una comida en perfectas condiciones – sabor, color, olor –; además, que logres una alimentación sana que te proporcione los nutrientes necesarios.
La disposición de desechos o residuos juega un papel destacado en la seguridad alimentaria, ya que si no sigues las medidas de higiene puede existir una acumulación y multiplicación veloz de bacterias.
Roedores, palomas, animales callejeros, moscas, hormigas y otros insectos pueden aparecer si no tapas adecuadamente o limpias los contenedores de basura, a diario. Además, debes mantener estos envases lejos del lugar donde preparas alimentos.