Aprende aquí la correcta manipulación de alimentos en casa y cumple las normas básicas de higiene para garantizar la seguridad alimentaria de tu familia
Seguro que eres consciente de que la manipulación de alimentos no sólo se da en el terreno laboral, ya sea en un restaurante o en el comedor de la escuela. Te preguntarás, nos preguntamos, ¿qué medidas de higiene, preparación o conservación debemos cumplir en nuestro hogar para evitar la contaminación y garantizar nuestra seguridad alimentaria?
Es un asunto de gran importancia y de la que tienes que ser plenamente consciente. Sigue leyendo porque en este artículo encontrarás una guía completa con las principales claves de una correcta manipulación de alimentos e higiene personal en el hogar. Sin olvidar las normas básicas de conservación, preparación o almacenamiento, esta es la mejor forma de evitar cualquier tipo de contaminación alimentaria.
No hay nada mejor que unas buenas prácticas de higiene para asegurar la salud en la cocina. Así que asegúrate de seguir estos consejos, no sólo tú sino toda la familia.
1. Lavarse las manos
Todo buen manipulador de alimentos debe tener por regla principal el lavarse las manos.
El proceso se realiza con abundante agua limpia y jabón antibacterial, debes restregar cada espacio y usar un cepillo para limpiar bajo las uñas. Para secarte es preferible utilizar toallas de un solo uso, aunque también puedes hacerlo con un paño de cocina que, por supuesto, esté limpio.
¿Cada cuánto tiempo? Antes de empezar tu jornada, después de manipular alimentos crudos, previo al manejo de los cocinados, luego de ir al baño, comer o estar en contacto con desechos.
2. Refrigerar los alimentos
Para una correcta manipulación de alimentos debes tomar en cuenta la temperatura en la que deben permanecer, para inactivar las bacterias o microorganismos.
Los productos más delicados son las carnes, mariscos, charcutería, huevos y lácteos; los dos primeros deben estar congelados, mientras que los demás bajo los 8°C.
Al comprar, nunca dejes el alimento a temperatura ambiente por más de 2 horas, ni siquiera luego de su cocción.
3. Limpiar y desinfectar
Las medidas de higiene señalan que todo utensilio o superficie donde preparas alimentos debe limpiarse y desinfectarse, como tablas de cortar, cuchillos, tenedores, platos, envases, paños de cocina.
Esta norma previene la contaminación cruzada, que se produce cuando los microorganismos de un alimento pasan a otro.
Puede ocurrir de dos formas: al unir productos cocinados con crudos, al usar los mismos implementos para ambos sin previa desinfección.
4. Cocinar a la temperatura correcta
71°C, por lo menos durante 1 minuto, es el punto exacto para matar a las bacterias. Ahora, si lo que deseas es recalentar algún líquido, te recomendamos que lo hiervas.
Cuando vayas a comer, recalienta solo la porción que consumirás. Pero si lo que te gustan son alimentos crudos, como el sushi o ensaladas, debes cumplir los pasos seguros que garanticen su inocuidad.
5. Usar agua potable
Durante la manipulación y preparación de alimentos es recomendable usar agua potable, pues no contiene microorganismos ni químicos que podrían poner en riesgo los productos.
Hacemos referencia a las frutas, hortalizas y vegetales, indispensables para una alimentación sana; las cuales debes remojar, al menos por 10 minutos, en una cucharadita de lejía por cada 3 litros de agua potable.
Las normas básicas de manipulación de alimentos indican que los productos que deben ser refrigerados tienen una temperatura estipulada; por ejemplo, carnes y mariscos deben permanecer congelados; charcutería, huevos y lácteos almacenar entre 5°C y 8°C.
En el caso de verduras, frutas y hortalizas, su lugar es en las gavetas del frigorífico a 10°C; mientras que las salsas y bebidas van en la puerta, de 10°C a 15°C.
Encima de las gavetas, a 2°C, se colocan las carnes cuando desees descongelar; recuerda que si lo haces a temperatura ambiente favoreces la proliferación de bacterias.
No olvides separar lo cocinado de lo crudo y lo fresco en la nevera; y usa envases cerrados o papel aluminio para tener una mejor y más segura conservación de alimentos.
En cuanto a lo imperecedero, debes almacenar en un lugar seco, fresco y limpio, alejado de mascotas, roedores u otras plagas. En caso de que debas resguardarlos durante mucho tiempo, es necesario que los organices según su fecha de caducidad.
1. Parte importante de la higiene personal es cuidar la indumentaria que se usa al cocinar. De hecho, a nivel industrial el manipulador tiene el deber de usar gorro, tapabocas, chaqueta manga larga, guantes, pantalón largo, delantal y zapatos anti resbalantes.
En el hogar no existen tales controles rigurosos, pero una de las buenas prácticas de higiene es usar delantal; evitar llevar anillos, relojes o collares; extremar la limpieza de uñas.
2. Si estás enfermo/a no es recomendable cocinar, pues las bacterias o virus podrían, de alguna manera, trascender hacia los alimentos.
3. Evita hablar, toser o estornudar sobre los alimentos.
4. Lavarse las manos es una de las buenas prácticas de manipulación de alimentos, pues nuestro cuerpo funciona como un agente de contaminación.
5. No uses el delantal para limpiarte las manos, para eso están las toallas desechables o los paños de cocina.
1. En el campo de la higiene alimentaria existen dos términos simples pero fundamentales: limpieza y desinfección. Limpiar es eliminar los residuos o desechos; desinfectar es matar las bacterias que quedan después de manipular y cocinar los alimentos.
A diario se debe ejecutar ambas medidas para asegurar una cocina reluciente.
2. Envases de basura o desechos tapados, alejados del lugar donde se preparan los alimentos, a objeto de evitar los insectos, plagas y animales merodeando.
3. Uso de toallas desechables o paños de cocina limpios. Lo ideal es lavarlos cada día para quitar los restos de alimentos pegados y, por tanto, las bacterias acumuladas.
4. Superficies pulcras. Aplica para toda la cocina y, en especial, donde haces las preparaciones o en las tablas de cortar. Recuerda que estas pueden convertirse fácilmente en fuente de contaminación.
5. Frigorífico y despensa ordenados. Cada producto tiene su temperatura ideal, debes ubicarlo de manera organizada para evitar una contaminación cruzada y poder comprobar su caducidad.
Hay dos tipos de alimentos, los perecederos y los imperecederos. Ambos pueden ser almacenados, pero debes cuidar el tiempo y las condiciones bajo las cuales los mantienes guardados.
Por ejemplo, las carnes, charcutería, frutas, vegetales, bebidas luego de destapadas, salsas y otras comidas previamente cocinadas, requieren estar congeladas o a una temperatura fría para impedir que se reproduzcan las bacterias.
Los enlatados, conservas, bebidas selladas, cereales y otros productos no cocinados, cuyo principal ingrediente pudieran ser químicos conservantes, se pueden guardar en la despensa. Por supuesto, a una temperatura fresca, condiciones secas y limpias.